Agatha Christie - 1922
"La búsqueda de unos comprometedores documentos secretos, suscritos durante la Primera Guerra Mundial y perdidos en el naufragio del Lusitania, da lugar a una lucha sin cuartel entre los servicios secretos británicos y una banda internacional que quiere utilizar los documentos como instrumento de la propaganda bolchevique. Pero en la vorágine de la guerra de espías aparecen dos jóvenes, Tommy y Tuppence, dispuestos a jugarse la vida para develar la identidad del líder de la banda, el misterioso Mr. Brown."
Este novela fue publicada por Agatha Christie en 1922, y en ella conocemos a Tommy (Thomas Beresford) y a Tuppence (Prudence Cowley). Este par de jóvenes amigos se reencuentran después de cierto tiempo y en una divertida conversación deciden formar la Sociedad de Jóvenes Aventureros, con el fin de salir de la precaria situación en que ambos se encuentran después de la guerra. La sorpresa será mayúscula cuando Tuppence es contactada por un misterioso hombre interesado en contratar los servicios de los Jóvenes Aventureros.
LEÍDO --> Regular. En el prólogo de la novela nos enteramos que durante el hundimiento del Lusitania, el 7 de mayo de 1915, una joven estadounidense llamada Jane Finn recibe ciertos documentos secretos para que sean puestos a salvo y las instrucciones para posteriormente contactar al hombre que le encarga tal misión, o entregar dichos documentos en la Embajada de EEUU.
De ahí en adelante los hechos se suceden rápidamente: un misterioso hombre le encomienda a Tuppence un trabajo excelentemente remunerado, y dicho hombre y su empresa desaparecen al día siguiente. Surgen dos enigmáticos personajes, Mr. Carter y Mr. Hersheimmer, ambos muy interesados en encontrar a la muchacha estadounidense que se salvó del naufragio para luego desvanecerse en el aire con los documentos secretos. En cada página la trama se complica más y más y comienzan a emerger datos muy curiosos que llevaran a nuestros jóvenes amigos a enfrentar grandes peligros para desentrañar un gran misterio. Me aburrió por ratos, pero al fin y al cabo, no se puede dejar de leer...
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